Hay algunas prácticas en procesos de encuestación que se deben parar
Si bien las encuestas serán siempre un método para recopilar información valiosa, hay varias prácticas que ya no son ventajosas:
La dependencia excesiva de las encuestas debe parar. La mentalidad de "hagamos una encuesta-primero" está perjudicando nuestra capacidad de crear información procesable y de impacto.
Las encuestas de relación largas y repetitivas deben parar. Las encuestas de satisfacción son importantes para establecer una línea de base, pero no tienen que repetirse constantemente. Si bien hay algunas que son largas y se justifican.
Hacer preguntas a las que ya le tenemos respuesta (o deberíamos saber) la respuesta debe parar. Esto sólo hace que las encuestas sean más largas y hace que los clientes se pregunten, "¿Realmente me conoce?"
Preguntarle a los clientes sobre cosas que no hacen parte de sus preocupaciones se debe parar. Con demasiada frecuencia, cada cliente recibe el mismo conjunto de preguntas, independientemente de sus experiencias individuales y únicas con la empresa.
Hacer preguntas que no lleven a tomar una acción debe parar. Si su empresa no va a actuar, entonces no preguntar sobre ello.
Buscar un censo. Salvo en casos muy concretos, no es necesario invitar a todos los clientes a participar en una encuesta.