Aunque en el año 2016 la minería (sin petróleo) fue el sector con el segundo mayor crecimiento del país (PIB 4,7%), después de establecimientos financieros, y aportó 28% de las exportaciones, todavía no logra ‘enamorar’, como se quisiera, a tantos colombianos.
Al analizar la Brújula Minera 2017 –encuesta que realiza el Centro Nacional de Consultoría y Jaime Arteaga & Asociados (JA&A Asociados)–, se encuentra que 63% de los municipios mineros considera la minería positiva para el país, mientras 60% de los no mineros coincide con esta respuesta. Si se compara con 2016, la buena percepción de las localidades mineras creció, pues solo 54% la consideraba positiva ese año, aunque no pasó lo mismo con los no mineros, sector en el que bajó 4 puntos porcentuales.
“En gran medida, la dificultad de identificar ese aporte se deriva de que las empresas no han logrado construir una conversación que enamore, que convenza a las personas sobre los beneficios de tener una operación minera en sus municipios”, señaló durante el Congreso Nacional de Minería, Jaime Arteaga de Brigard, director de JA&A Asociados.
Las dificultades para obtener las licencias ambientales, la falta de estabilidad jurídica y de apoyo del Gobierno, el rechazo de las comunidades a la minería y los bajos precios de los minerales, son las principales razones por las cuales 27% de los empresarios del sector cree que en los próximos cinco años reducirán sus operaciones, mientras 37% considera que se mantendrán igual y el 36% que se expandirán.
Ante la pregunta ‘¿Cree que la minería bien hecha trae desarrollo a las regiones donde opera?’ 71% de los encuestados dijo que sí, frente al 61% obtenido en 2016. El tema ambiental influyó en la percepción reportada en Brújula Minera: 64% de los consultados cree que es posible hacer una minería amigable con el medio ambiente y el mismo porcentaje considera que esta actividad puede ser socialmente responsable.
Falla perceptiva
Además de no lograr una conversación que enamore, muchos de los encuestados señalan a las mineras y sus directivos como arrogantes y descuidadas, entre otros calificativos.
Esta percepción influye para que la comunidad otorgue o no el aval para continuar con la actividad minera. 30% de los consultados señaló que participaría en una consulta sobre la minería en su municipio y, de ese total, 51% está de acuerdo con que esta actividad se prohíba en su zona.
Incluso entre las mismas compañ
ías, solo 38% de los directivos del sector dicen estar muy satisfechos o satisfechos con la comunicación con las comunidades.
“Si no alinea completamente la operación minera, de manera que cada persona que ingrese a campo tenga un mensaje claro, se van a ver expuestos a no ser creíbles. Solo llegar a un municipio con un casco está comunicando algo y, como la operación tiene tantos subcontratistas, operadores y gente interviniendo, si esas personas no están entrenadas para sostener conversaciones con las comunidades, es muy fácil que ingrese cualquier mito frente a un proyecto minero”, agregó Arteaga.
Según esta gran encuesta son varios los retos por superar, en especial en el campo social: entre ellos, que 22% de los titulares mineros en etapa de construcción y montaje han enfrentado oposición de las autoridades locales. También, 22% de los titulares mineros en etapa de exploración han enfrentado marchas o manifestaciones políticas, y 23% de estos mismos han enfrentado conflictos por la tierra en la exploración.
De acuerdo con 26% de los encuestados, los productores de metales preciosos han enfrentado paros armados y 35% de ellos han tenido que sortear el bloqueo de vías por conflictos en sus zonas a la hora de realizar la exploración.
El panorama para el sector es cada vez más retador, en medio de dificultades por las tensiones sociales y ambientales.
Sin embargo, la minería ‘bien hecha’ sigue siendo un jugador clave para el crecimiento de la economía y la sostenibilidad de las operaciones.
Retomar confianza
En los próximos cinco años, el sector podría invertir más de US$7.500 millones, según la Asociación Colombiana de Minería (ACM). Pero hace falta ser más atractivos: en el ranking de atracción de inversión minera en los últimos cinco años, Colombia pasó del puesto 32 al 65, según el Instituto Fraser. Para Santiago Ángel, presidente de la ACM, tras un difícil 2016 para la minería, el sector le apuesta a crecer más de 5% jalonando la economía colombiana. El año pasado la producción de carbón se cerró con 90,5 millones de toneladas –cifra récord–. El oro de las empresas afiliadas a la ACM (que representan 12% del total nacional para la extracción legal del mineral) alcanzó las 253.872 onzas, frente a las 223.915 extraídas en 2015. En cuanto a la producción de níquel, se extrajeron 37.092 toneladas del mineral, con un incremento de 1,1 % anual.
Articulo Tomado de Dinero