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La educación virtual del país mejora su calificación


Los estudiantes y los empleadores ven más claras las ventajas y beneficios de esta modalidad de formación, según un estudio del Centro Nacional de Consultoría.

La educación virtual del país mejora su calificación

Para los empleadores, es probable que un profesional egresado de un programa virtual sea responsable, organizado con su tiempo y autónomo.

123RF

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La educación virtual ya no es una tendencia en Colombia, sino otra opción de formación superior. Con el paso del tiempo ha ganado confianza entre los actores del mundo laboral y profesional. Así lo señala el Ministerio de Educación Nacional en la tasa de crecimiento de matriculados para estudiar pro Internet.

Mientras que en el 2011 creció 13,6% para el 2016 repuntó a 98,9%. Al lado de estas variaciones hay un cambio favorable de parte de estudiantes, egresados y empleadores sobre las ventajas de este tipo de formación, según un estudio del Centro Nacional de Consultoría teniendo como punto de partida la experiencia del Politécnico Grancolombiano en su oferta virtual. De paso, se identificaron las habilidades y el perfil de este tipo de estudiantes y se hace una comparación con quienes cursaron de manera presencial. La muestra cuantitativa incluyó 1.259 encuestas a estudiantes, 593 a egresados de la Institución Universitaria y 80 a empleadores de egresados. Además, se aplicaron 90 entrevistas en profundidad, 14 grupos focales y 8 historias de vida. La encuesta dedica un capítulo a mostrar las opiniones de los empleadores de los estudiantes bajo está modalidad cómo califica el nivel de conocimientos de los pasantes de educación virtual de la institución el 42% lo califica bueno, mientras que el 48% dice que es positiva. También se destaca que el 87% dijo que no se preocupó cuando le dijeron que los practicantes vinieran de tomar clases por Internet. Por su parte, el 13% que reconoció inquietud argumentó su actitud en que no confía en ese tipo de programa (34%), en que es un tema de disciplina y que no es lo mismo si lo hiciera presencial (22%), principalmente. Al calificar las habilidades de los practicantes de educación virtual, varios aspectos son resaltados por los empleadores. Por ejemplo, mencionan las relaciones interpersonales, la comunicación oral, la capacidad para asumir responsabilidad, la comunicación escrita y la capacidad para el trabajo en equipo. Adicionalmente, encuentran similitudes cuando les piden comprar las capacidades de los egresados virtuales con los presenciales, en aspectos como el liderazgo, la capacidad para manejar la presión laboral y el manejo de las herramientas tecnológicas. En el estudio se señala que varios empleadores “argumentaron que un profesional egresado de un programa virtual tiene una alta probabilidad de ser una persona responsable, organizada con su tiempo y autónoma. Pese a la percepción favorable sobre los practicantes en los espacios de trabajo, el estudio advierte que, de todas maneras, “la vinculación laboral más allá de la pasantía es muy baja y por un tiempo corto”. Igualmente, el estudio del Centro Nacional de Consultoría llama la atención en que es imperativo mejorar el dominio de algún idioma extranjero, aunque es un tema pendiente también entre los estudiantes presenciales. El 83% de los estudiantes virtuales dice que está trabajando y, la mayoría (23%) está en actividades comerciales. Otro 16% labora en firmas de manufactura. La situación laboral de los egresados de educación virtual es similar a la de los egresados de educación presencial e incluso superior en aspectos como cargo, salario y tiempo de búsqueda de trabajo. Cuando se les pregunta las razones principales por las que decidieron entrar a esa modalidad, sobresale la mayor disponibilidad de tiempo para atender responsabilidades laborales (47%) y familiares (22%). Adicional a esto, la muestra evidencia que, únicamente el 27% de los egresados de la modalidad virtual tuvo que incurrir en gastos adicionales a la matrícula, principalmente para poder acceder al servicio de internet, comprar computador y para aprender inglés. La tendencia de los estudiantes de la modalidad virtual a tener una familia con hijos es superior, lo anterior gracias a las dinámicas flexibles del aprendizaje. LA META ES EL ASCENSO Es interesante ver cómo el estudio muestra el interés de los estudiantes en tener la posibilidad de ascender en la escala social, gracias a la formación virtual que reciban. Mientras que solo uno por ciento se sitúa en la clase alta, en cinco años las metas de muchos es ocupar ese nivel, con lo que ese porcentaje aumenta a 17%. Y, por su parte, el 3% que se considera de clase baja, desaparece en la escala de las aspiraciones de los siguientes cinco años. Por su parte, los que se declaran en un nivel medio bajo (21%) ascienden y apenas un 2% se ubica en el futuro. Igualmente, cuando se les pregunta sus planes para cuando se gradúen, el 65% habla de seguir estudiando y el 40% de buscar un (nuevo) trabajo. Apenas un 3% busca un ascenso laboral y un 1% aplicar los conocimientos adquirido EL PERFIL CONFIRMA LOS BENEFICIOS PARA LA INCLUSIÓN SOCIAL Son más las mujeres quienes acuden a la educación virtual (63%), mientras que los hombres están por debajo (37%). El promedio de edad es de 32 años. Entre tanto, quienes asisten a las aulas físicas del Politécnico la mayoría son mujeres (52%). El promedio de edad es de 25 años, según el Centro Nacional de Consultoría.

Por estado civil, los solteros dominan en la presencial (83%), mientras que los casados (29%) y en unión libre (26%), pesan en el perfil de los estudiantes virtuales. Entre los que estudian desde un computador, la mayoría se declara jefe de hogar (39%) y sin dependencia económica (85%). Además, se nota una mayor participación de quienes están en el estrato 1 (7%), mientras que en la modalidad convencional ese grupo social es de apenas 1%. Del total de estudiantes virtuales, 3% reportó un grado de incapacidad frente al 1% de los tradicionales. Los resultados en torno a estas variables muestran el valor inclusivo de esta formación hasta en la eliminación de barreras de horario y desplazamiento. Esto incluye la posibilidad de acceso en regiones apartadas a comunidades étnicas y municipios en los que la oferta de educación superior es escasa o nula. Los estudiantes virtuales, en su mayoría van tras un título profesional (80%), en tanto que solo 3% aspira a un posgrado. Por programas, el primero es Administración de Empresas, seguido por Psicología y Contaduría Pública. Al indagar por las fuentes de financiación para adelantar los estudios, el 55,8% habla de recursos propios, en tanto que un 16,8% dice que hace uso de dinero que proviene de un trabajo que tiene actualmente.

Artículo tomado de portafolio.com

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