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CNC

Hay que creerse el cuento


Tuvieron que pasar 50 años para que volviéramos a vivir unas elecciones pacíficas. Medio siglo después, el día de unos comicios no hubo sangre, no hubo miedo, no hubo presión, no hubo fuego, en cambio, hubo algo tan básico que tres generaciones distintas no conocíamos: normalidad.

De las más de 95.200 mesas que se dispusieron para votar solo un centenar se trasladaron y reubicaron, pero por factores climáticos. Se redujeron en 100% los hechos que históricamente afectaban el orden público en esta fecha y no se presentó ni una sola acción terrorista.

Por primera vez, los ex combatientes pudieron votar y fueron derrotados, pero en las urnas. Y al final de la carrera electoral, se enfrentaron dos visiones de país totalmente distintas, que en su momento fueron críticas y fuertes opositoras del Gobierno saliente, el mismo que con altura supo dar un paso al costado para desprenderse del poder y darnos ejemplo de imparcialidad, de no injerencia, de garantías y de cómo se construye avanzando hacia el futuro y no mirando por el retrovisor al pasado.

En estas elecciones hubo un nuevo protagonista: la tecnología. Desde enero de este año el país cuenta con un Puesto de Mando Unificado -PMU- que vela por la seguridad informática y que cobró relevancia en los comicios ya que garantizó normalidad en el proceso electoral, evitando cualquier hecho que en materia cibernética pudiera poner en riesgo la transparencia de las elecciones.

El PMU se encargó de realizar pruebas de verificación y gestión de los sistemas informáticos y sitios web asociados al proceso electoral. Adicionalmente desde allí se realizó un análisis de las tendencias en redes sociales con el fin de identificar noticias falsas que estuvieran afectando el desarrollo de las elecciones.

Y todo esto por una razón, fueron las redes sociales los canales decisivos para la toma de decisiones de los ciudadanos. Según una encuesta del Centro Nacional de Consultoría contratada por .CO Internet, 76.5% de la población entre los 18 y 45 años usaron redes sociales y medios digitales para informarse de lo que pasaba en la campaña presidencial, siendo Facebook con 73% y Twitter 51% las redes más usadas.

Colombia es un país conectado a internet en 98% y que ha tomado medidas en materia tributaria para incentivar el uso de la tecnología para que más personas puedan acceder a tener un smartphone o un computador. Aquí hay más celulares que personas y eso lo cambió todo: el acceso a la información es las 24 horas de día, los siete días de la semana.

Hoy los colombianos están a un movimiento de sus dedos de acceder a sus redes sociales en las que todo el día a través de noticias, activismo digital, opiniones y hasta memes les recuerda que hay elecciones, que hay políticos corruptos, que hay descontento, que hay que indignarse y que sí hay una forma de cambiarlo, haciéndose sentir con sus opiniones y sus decisiones: con su voto.

Sir Tim Berners-Lee sostiene que los tres grandes retos que tiene la humanidad son el control de la información personal, la lucha contra las noticias falsas y la transparencia de las campañas electorales.

Hace años en Colombia era impensable en su agenda prestarle atención a este tipo de problemas que menciona el padre de la web porque la guerra era nuestro paisaje. Hoy, nuestras preocupaciones son de otro nivel, prueba de lo distintos que somos.

A los colombianos nos ha costado mucho entender el bien que nos ha hecho la paz y más que eso, nos ha costado aceptar que somos un país diferente, uno mucho mejor. Ya es hora de empezar a creernos el cuento.

Ahora que tengo su atención: En los últimos días murió una noticia falsa, “Santos le entregó el país a las Farc”. Brille para ella la luz perpetua.

Artículo tomado de larepublica.com

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