En Colombia, la tecnología y la conectividad desempeñan un papel crucial en la vida cotidiana. Conozca los resultados de la encuesta realizada a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) por el Centro Nacional de Consultoría y el Programa Suma Social de USAID en 2023.
La tecnología y la conectividad cada día toman mayor relevancia en la cotidianidad de las personas, en sus procesos educativos, laborales, de relacionamiento y, claro, en sus actividades económicas. Registrar qué tanto acceso a la tecnología y habilidades para hacer uso de ella tienen los ciudadanos se ha convertido en una necesidad para observar cómo las tecnologías de la información y las comunicaciones -TIC- pueden incidir positivamente en la calidad de vida de los hogares.
En Colombia, para 2022, el 59,5 % de los hogares poseía conexión a internet, de acuerdo con los indicadores básicos de tenencia y uso de TIC’s elaborados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas -Dane-. Sin embargo, en las zonas rurales solo el 32,2 % de la población tenía acceso a internet para el mismo año.
Este panorama deja en evidencia una brecha en acceso a información, generación de ingresos, educación, participación e integración social que derivan de la utilización de la tecnología. No obstante, esta información corresponde a la población en general del país; sin embargo, hay un grupo particular que ha venido incorporando la tecnología en su quehacer a un paso más acelerado y que trabaja por el cierre de estas brechas: los líderes y lideresas de las organizaciones de la sociedad civil -OSC-.
Desde 2016, el Centro Nacional de Consultoría -CNC- proporciona información acerca de la apropiación digital de los colombianos y la transformación digital de las empresas. En 2023, en alianza con el Programa Suma Social de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), realizaron una encuesta sobre la “Apropiación digital en líderes y transformación digital de las organizaciones de la sociedad civil en Colombia”, con un análisis que evidencia la importancia y los beneficios de promover el crecimiento en habilidades digitales en el sector social.
El principal hallazgo muestra que mientras el índice de apropiación digital de la población nacional es de 0,30 (en 2023), en las OSC es de 0,40; es decir, tienen mayor capacidad de cambiar y agilizar sus procesos a través del uso de herramientas tecnológicas. “Los líderes y lideresas sociales tienen mucho más arraigadas las habilidades digitales y pueden ser aprovechadas para seguir siendo mejores en su rol dentro de las organizaciones”, explica Santiago Martínez Castilla, director técnico del Programa Suma Social.
Paulo Gómez, especialista en Sistemas de Información de Gestión y Administración de Datos de USAID/Colombia, señala que esta métrica es muy positiva y puede ser por numerosas razones. “De alguna forma las OSC deben responder a necesidades organizacionales y la intensificación del uso del internet debido a la pandemia pudo haber generado un crecimiento mayor; sin embargo, lo cierto es que no contamos con una medición pre-pandemia”, señala.
“Ahora bien, el estudio revela que hay líderes en ciudades como Manizales, Medellín, Bogotá y Quibdó que tienen un mejor índice de apropiación. Aquí debemos promover que entre ellas haya intercambios y transferencia de buenas prácticas, tecnología, cultura, etc”, agrega.
Tecnología, aliada en el desarrollo de la sociedad civil
Cabe señalar que, para revisar el panorama del acceso a tecnología, conexión a internet y habilidades digitales de las OSC, el CNC encuestó el año pasado a 366 líderes y lideresas como voceros de sus organizaciones, en 25 municipios del país, priorizando los que hacen parte de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
Para Carlos Esteban Lemoine, gerente de Estudios de Apropiación y Transformación Digital del CNC, una parte importante de los hallazgos de mejora en la apropiación digital e incremento de la participación en zonas rurales se deriva de “los entrenamientos en habilidades digitales que surgieron durante la pandemia”, concordando con lo planteado por Gómez.
Pues, así como para los ciudadanos el internet, los celulares y computadores, entre otras herramientas digitales se convirtieron en medio de trabajo y estudio, también fueron fundamentales para que el trabajo de las OSC continuara en medio de la contingencia causada por el covid-19.
Luis Fabricio Alarcón, vicepresidente de la unidad de marca y medios del CNC, explica que si bien las OSC, al igual que las empresas, estaban en un proceso de apropiación digital previo a la pandemia, esta contingencia aceleró su proceso: “Entraron en una búsqueda de hacerse más productivas, de poder contactar a nuevas audiencias y usar la tecnología como un factor de relacionamiento con el Estado, con sus pares y sus beneficiarios”, detalla haciendo hincapié en que son prácticas que se mantienen actualmente.
En este camino, los teléfonos celulares han sido su principal aliado tecnológico, pues estos dispositivos tienen una participación del 59 % en las organizaciones, seguidos de los computadores portátiles con un 56 % y computadores de escritorio con un 51 %. Aun así, cabe destacar que un 13 % de las organizaciones no tienen ningún tipo de dispositivos.
Con estas herramientas, las organizaciones han podido iniciar sus procesos de apropiación tecnológica desde un nivel inicial, con la exploración de la tecnología, el desarrollo de habilidades digitales que permitan un mayor aprovechamiento y la digitalización de sus documentos, que -como explica Alarcón- aunque parezca un proceso sencillo, muestra un interés por avanzar hacia lo digital.
Pasado este nivel inicial, el siguiente paso en el desarrollo tecnológico de las OSC se encuentra en las comunicaciones y el relacionamiento, la capacidad para construir redes con otras organizaciones, difundir su trabajo, compartir conocimiento y lograr un mayor alcance poblacional. En este punto, las zonas rurales y más dispersas se enfrentan a la brecha de conectividad, donde solo el 32,2 % de la población colombiana tiene acceso a internet.
De acuerdo con la encuesta, el 78 % de los líderes consultados cuenta con internet en su organización. Un 11% de ellos todavía no tiene acceso a este servicio, en parte debido a la situación económica y, en menor medida, por problemas de cobertura.
Escenario en el que Martínez hace un análisis positivo sobre ese 11 % que no cuenta con internet: “de ese porcentaje que no tenían acceso a internet por motivos económicos, el 80 % está en proceso o tiene una intención de conectarse. Buscamos trabajar con ellos en ese propósito”. Según explica, fortalecer o crear alianzas con empresas de telecomunicaciones se convierte en una solución que les permita acceder a la conectividad a bajo costo.
Por último, en un nivel más alto de apropiación tecnológica se encuentran operaciones más complejas como el análisis de datos y las transacciones económicas por medio de billeteras digitales o sucursales bancarias digitales, lo que se entiende como el uso productivo de internet. Una materia en la que líderes y lideresas tienen ventaja.
Sin embargo, ¿Cómo podrían los líderes aprovechar su ventaja tecnológica en este tipo de operaciones que incluyen billeteras digitales?
De acuerdo con Gómez: “En el análisis de datos, las organizaciones siempre se pueden mover hacia un uso más avanzado como análisis predictivos, Machine Learning, e incluso inteligencia artificial. En cuanto a transacciones digitales, también caben usos más avanzados y en esto en USAID nos podemos apoyar en el programa ‘Finanzas para la Equidad’ que busca facilitar el acceso a instrumentos financieros para las poblaciones y las organizaciones”, detalla.
Según los datos del estudio, el 71 % de los encuestados hizo uso productivo del internet, frente al 42 % de la población general. Pero para llegar a este punto, no solo son necesarios recursos físicos y herramientas tecnológicas, “es necesario desarrollar habilidades digitales que parten de la experiencia empírica y se van fortaleciendo a medida que se usan las herramientas disponibles; la tecnología por sí sola no genera el avance necesario sin el componente humano”, explica Lemoine.
Al observar los resultados de la encuesta, Martínez explica que los servicios y herramientas que se puedan ofrecer a las OSC desde diversos sectores pueden ser mucho más fructíferos si se tiene en cuenta la información proporcionada por el CNC.
“Queremos identificar las brechas y necesidades digitales de los territorios para contribuir en el fortalecimiento y cerrar esas brechas. Posteriormente, hacer llegar herramientas para mejorar su trabajo, pero que tengan en cuenta las particularidades y las dinámicas de las organizaciones”, asegura.
Por ejemplo, la encuesta también evidencia que las principales redes sociales utilizadas por las organizaciones de la sociedad civil son WhatsApp (en un 67 %) y Facebook (con un 59 %), por lo que estas redes deberían ser los medios más relevantes para hacer llegar información o para formular proyectos de desarrollo de capacidades en el trabajo con las OSC. También el desarrollo de herramientas y material que pueda ser usado sin conexión a internet.
“Para nosotros es esperanzador ver que las organizaciones sociales tienen un interés alto en lo digital y que saben que se pueden beneficiar de eso: usan internet para articularse y promocionarse con otras organizaciones, generar comunicación y orientar la toma de decisiones”, concluye Martínez.
En conclusión, la apropiación digital en la sociedad civil se erige como un motor de cambio crucial en las regiones de Colombia. Ante la brecha de conectividad que aún persiste, especialmente en zonas rurales, se vislumbra un desafío y una oportunidad para fortalecer la inclusión digital.
De manera que será elemental que todos los sectores consideren la información revelada en la encuesta para colaborar en la identificación de brechas, necesidades digitales y trabajar en conjunto para cerrar esas disparidades con el compromiso colectivo de fomentar habilidades digitales, ofrecer recursos y herramientas adaptadas a las dinámicas de las OSC.
Artículo tomado de elespectador.com
Por: Cristian Camilo Perico Mariño
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