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El 15 de febrero debía iniciarse el regreso a clases presencial, gradual y alterno en Bogotá. Sin embargo, tan solo 8 de 400 instituciones educativas oficiales regresaron a la presencialidad, lo que representa el 2%, a comparación de casi el 35% de los colegios privados de la ciudad. La explicación de esto es que la Asociación Distrital de Educadores (ADE), sindicato de profesores del Distrito, pidió que se retrasara la medida y rechazó el regreso a las clases presenciales, según ellos, porque no existen las condiciones de bioseguridad necesarias para proteger su salud (El Espectador, 2021).
Aunque Bogotá no cuenta con cifras que permita dimensionar la afectación de la pandemia a la calidad de la educación o el impacto sobre el aprendizaje o sobre las dificultades socioemocionales que pueden estar sufriendo niños y niñas en la virtualidad, recientemente se publicó un estudio de la Universidad de los Andes, el Centro Nacional de Consultoría y ProBogotá (2021) en el que se revisó la incidencia de la virtualidad en la educación primaria, básica y media en Bogotá.
Este estudio concluyó que el 22% de encuestados presenta dificultades de acceso a clases en vivo virtuales, el 27% de los estudiantes tiene dificultades de acceso a actividades en internet y menos del 50% cuenta con dispositivos electrónicos exclusivos para estudiar. Además de estos datos, este estudio evidenció que la brecha entre colegios privados y públicos se agranda con la virtualidad, pues el 30% de estudiantes de colegios privados reportaron alguna dificultad para acceder a las actividades en casa, mientras que en los colegios oficiales fue el 52%; el 66% de estudiantes de colegios oficiales tiene disponibilidad de un computador y el 15% a una tableta, a comparación de los privados que tienen disponibilidad en un 94% y 43%, respectivamente; y el 50% de personas de colegios oficiales tiene acceso a internet de alta velocidad, mientras que para los privados este acceso se sitúa en el 80%.
Estas cifras se vuelven más alarmantes cuando se revisan a la luz de los impactos reales de la pandemia en la educación. En Estados Unidos se han llevado a cabo varios estudios que evidencian que, con ocasión de la virtualidad, niños y niñas de menores ingresos pueden retrasarse más de un año de su educación y podrían aumentarse brechas en un 15 o 20% entre personas blancas de mayores ingresos y comunidades negras, hispanas o de menores ingresos (Mckinsey, 2020). En el mismo sentido, un análisis hecho por académicos de Harvard y de Brown en el que se revisó el avance en matemáticas en una plataforma virtual, encontró que estudiantes de menores ingresos se mantuvieron un 50% por debajo de los niveles de referencia, por lo que se concluye que la pandemia puede ampliar la desigualdad en el largo plazo (Chetty, R., et al, 2020).
Con respecto a las medidas de bioseguridad, la Secretaría de Educación de Bogotá reportó que ha realizado 153 intervenciones en 109 sedes y ha adquirido 1.031.896 tapabocas lavables para estudiantes, además de otros esfuerzos por adecuar las sedes para iniciar con la presencialidad protegiendo a los miembros de la comunidad educativa (SED, 2021).
Si las clases presenciales no inician próximamente, la calidad de la educación que reciben niños y niñas de la ciudad se verá gravemente afectada por este anuncio de la ADE, además que aumentará la brecha entre colegios públicos y privados en Bogotá por el acceso a la tecnología, que ya es bastante amplia en resultados de las pruebas Saber 11 en donde los privados tienen resultados promedio más de 34 puntos por encima de estudiantes de los colegios oficiales de Bogotá (Icfes, 2021). Es necesario que regresen a las aulas físicas para no ahondar más la inequidad.
Los docentes y directivos docentes con esta decisión están afectando la posibilidad de niños y niñas de recibir una educación de calidad que responda a los estándares mínimos de competencias y sus efectos se verán en el largo plazo. La pandemia continuará y los docentes deben ser conscientes del impacto de su decisión y cómo puede perjudicar o beneficiar la vida de cientos de niños y niñas de la Capital, especialmente si las condiciones están para su regreso en condiciones de seguridad.
Es importante reconocer que docentes, rectores y todo el sector administrativo de la educación, además de los padres y acudientes de estudiantes, han trabajado muy duro durante la pandemia para mantener la educación funcionando, pero no es momento de sacar más excusas y es fundamental que replanteen su decisión para regresar pronto a las aulas presenciales por el beneficio del país.
Referencias
Alianza ProBogotá – Universidad de los Andes. (2021). Covid-19 y educación en Bogotá: implicaciones del cierre de colegios y perspectivas para el 2021. Bogotá. Obtenido de https://egob.uniandes.edu.co/images/noticias/20210128-Primeros-Resultados.pdf
Chetty, R., Friedman, J., Hendren, N., Stepner, M., & The Opportunity Insights Team. (2020). The economic impacts of COVID-19: Evidence from a new public database built using private sector data. National Bureau of Economic Research. Obtenido de https://opportunityinsights.org/wp-content/uploads/2020/05/tracker_paper.pdf
Espectador, E. (15 de Febrero de 2021). Regreso a clases en Bogotá, así fue la primera semana de los privados. El Espectador. Obtenido de https://www.elespectador.com/noticias/bogota/regreso-a-clases-en-bogota-la-primera-semana-de-los-privados/
McKinsey. (2020). COVID-19 and student learning in the United States: The hurt could last a lifetime. Obtenido de https://www.mckinsey.com/industries/public-and-social-sector/our-insights/covid-19-and-student-learning-in-the-united-states-the-hurt-could-last-a-lifetime
SED. (2021). Sobre el regreso a clases en Bogotá para el 2021 en localidades con cuarentena estricta. Secretaría de Educación Distrital. Obtenido de https://www.educacionbogota.edu.co/portal_institucional/noticia/sobre-el-regreso-clases-en-bogota-para-el-2021-en-localidades-con-cuarentena-estricta
Artículo tomado de kienyke.com
Por Diego Escallón Arango
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