Desde el punto de vista de la encuesta, los informantes indican que la educación remota, para ellos, evidencia 3 tipos de problemas: (1) las herramientas, la calidad del internet y en el caso de los profesores el no tener un computador o tableta para conectarse o dar las clases; (2) la dificultad que tienen los estudiantes para concentrarse y (3) las aplicaciones que se utilizaron y el nivel de apropiación digital que se tenía o tiene para su manejo.
Los profesores y las instituciones educativas han hecho un gran esfuerzo por superar las diferentes dificultades que se les han presentado. Hubo clases remotas en el segundo trimestre del año, lo que es un mérito importante de reconocer, con una agenda diferente a la presencial en la mayoría de las instituciones (63% de las personas entrevistadas comenta que la cantidad de horas o la agenda de estudio era diferente a la presencial).
Es importante mencionar, que en general las herramientas (Internet, Computador y las Estrategias de Enseñanza Remota) las colocaron los profesores por su cuenta con mucho apoyo de las instituciones, pero desde sus casas. Lo importante de esto, es entender que la educación remota es una realidad y que es necesario trabajar en conjunto para tener una educación de alto nivel virtual. Se resalta el hecho, que uno de cada tres padres menciona que no presentaron problemas durante la educación remota.
Es importante destacar, que en estudios anteriores se identificaba como uno de los desafíos la intención adversa de profesores al uso de herramientas tecnológicas para educar, es decir evidenciando en muchos casos un nivel de apropiación digital similar al de la población donde se encuentran. Y los estudiantes que tenían contacto con estos profesores eran los únicos que evidenciaban impactos negativos en su formación, dentro del programa (ej. Programa Computadores para Educar). Y en esencia, tienen razón pues se requieren estrategias diferentes para mantener el nivel de atención de los estudiantes cuando hay más distractores como es el caso de la educación remota, incluso, entre estas se mencionan (tomado de: https://webdelmaestrocmf.com/portal/16-estrategias-mejorar-la-atencion-los-alumnos-aula/)
Establecer rutinas de atención y calentamiento mental, mostrar el tiempo en la pantalla.
Generar bloques de 15 minutos, en donde haya movimiento como aplausos, pitos, entre otros para mantener la atención. Cambiar tonos de voz, hacer preguntas en la pizarra opciones de respuesta múltiple para hacer énfasis en los diferentes temas.
Estrategias de supervisión o acompañamiento en tiempos muertos.
Controlar el nivel de dificultad, para disminuir el nivel de frustración.
Utilizar el humor, dar ejemplos cercanos con analogías y metáforas relevantes.
hacer clases muy variadas en donde el juego es una parte esencial para mantener la atención de los estudiantes.
Y, también aplicaciones de soporte para elevar el nivel de aprendizaje de tareas repetitivas como puede ser el aprender a sumar o multiplicar.
A pesar del esfuerzo realizado, la percepción de la calidad de la educación virtual es más baja que la presencial. Después de todo, los colegios llevan años dedicados a la educación presencial y, en la mayoría de los casos solo meses a la educación virtual, es más la crearon en pocas semanas.
Aquí la educación es entendida como aparece en Wikipedia, es aquella donde el alumno aprende principalmente en línea o a través de internet. Sin embargo, lo que realmente hay es una educación remota improvisada, donde las herramientas pedagógicas, metodológicas y didácticas no han cambiado como tampoco las estrategias de aprendizaje. Los cambios que se observan son la intensidad y el medio de contacto o comunicación del profesor con los estudiantes.
La comparación no es fácil, especialmente porque en la percepción, hay un sesgo a favor de la virtual. Llama la atención que los padres casi que están divididos en dos. Los que la ven peor 59% y los que la ven igual o superior 41%. Los profesores y estudiantes, en general, pueden ser el segmento más conservador de la comunidad académica. Ahora, lo que muestran los estudios, es que no son directamente comparables las dos modalidades, sino que desarrollan competencias diferentes. Los niños que hoy están en “home-schooling” van a desarrollar otras competencias que no van a tener – en ese nivel – los que no tuvieron esta oportunidad y puede ser un costo bajo en relación con el menor “avance en los objetivos académicos”. De alguna manera, esa idea de que la educación está diseñada para “alcanzar objetivos académicos” la convierte en un proceso productivo, que no es. El desarrollo del ser humano es multi-dimensional.
McKinsey and Company compara el retraso en la educación si se iniciara “normalidad” en agosto de 2020, pues lo estudios muestran que no se avanza en los objetivos académicos al mismo ritmo en educación remota.
Ilustración 1: Tomado de https://www.mckinsey.com/industries/public-sector/our-insights/covid-19-and-student-learning-in-the-united-states-the-hurt-could-last-a-lifetime?cid=other-eml-alt-mip-mck&hlkid=17199165196d4416a8565ebaa6ded5f1&hctky=2950880&hdpid=f03ba96c-ba9. Educación remota promedio, los estudiantes siguen procesando pero a un ritmo inferior al de las clases presenciales. Educación remota de baja calidad en donde se presentan dificultades para mantener su nivel en su grado educativo y por último están los que no están recibiendo ningún tipo de instrucción o clases remotas.
En la educación remota, los estudiantes necesitan mucho apoyo para poder sobrepasar los problemas, concentrarse en sus clases y entender las instrucciones que se dan en ella, mientras surfean el internet y las aplicaciones para conectarse con sus compañeros y profesores. Sin embargo, el apoyo dado por los padres de familia, el esfuerzo de las instituciones educativas y profesores crea una sinergia que difícilmente se puede llamar “pérdida o no logro de los objetivos académicos”. Es más, molesta a la comunidad, en general, esta visión corta, y queda claro que se requiere mirar qué se ha ganado y qué se debe reforzar, los objetivos académicos en este contexto han cambiado.
El confinamiento en los hogares permitió un contexto en donde los padres y cuidadores acompañan el proceso educativo de sus hijos. Los datos muestran que los padres pudieron tener una alta dedicación a sus hijos. También se puede ver que hay un 10% de estudiantes que necesitó más apoyo del que se le brindó y un porcentaje similar de estudiantes a los que se les brindó apoyo y no lo querían. Estos impactos favorables de involucramiento parental y educación personalizada, a dicho nivel, bien valdrían la pena de medirse. Es posible que ello haya desarrollado en los estudiantes habilidades y competencias que, en otras circunstancias, el sistema educativo por sí mismo no logre. Así mismo, puede ser evidente que el acompañamiento de los padres puede haber nivelado a sus hijos en rezagos identificados, pero no corregidos en sus procesos educativos. En este sentido de acompañamiento, puede que no haya habido otra generación de estudiantes que hubiese recibido educación de tal nivel de calidad.
Todo esto habla de mejoras sustanciales en los niveles educativos y la calidad de la educación, la famosa personalización de la educación. Estos impactos, bien valdría la pena medirlos. Lamentablemente, seguramente, demostrarán las brechas de clases y la desigualdad, tan presente en el país. También, es una lástima que los grandes públicos no lo perciban como una mejora profunda. Se supone que, como en salud, con el auto-cuidado; los padres, profesores y estudiantes, no sienten la confianza y la seguridad para creer que padres y estudiantes pueden hacerse cargo de sus propios procesos formativos y/o los de sus hijos. La visión de padres como formadores de sus hijos, es fundamental aquí. Como todos los temas de la economía del cuidado, en esta investigación, se invisibiliza, ahora incluso, por ellos mismos.
Los datos muestran que para el siguiente semestre 2020, se prefiere continuar con la educación remota. A los padres de familia les ha gustado estar más tiempo con sus hijos, coordinar las tareas, supervisar y acompañarlos en el proceso educativo.
La mejor noticia es identificar que el 97% de los padres ve las ventajas del involucramiento parental en la educación. Lástima, que no lo cierren con una mejor percepción de la educación. Ello también muestra su desconocimiento de lo que ocurre en las instituciones educativas. Aquí hay que ajustar las visiones que se tienen del sistema educativo, en especial, en cuanto a su misión misma. Por los resultados que se observan, el no querer enviar de vuelta a los hijos a la educación presencial es mucho más que un temor al contagio (mencionado por el 43% de padres), hay factores interrelacionados que van más allá de esta encuesta.
La encuesta muestra que la intención de no asistir a clases el próximo semestre es, principalmente de padres de familia 69%, mientras que la mayoría de los profesores y estudiantes no han considerado dejar de asistir a clases presenciales (No han considerado “no asistir presencial 59% profesores y 53% estudiantes”).
Se ha hablado mucho del aspecto financiero por la crisis económica, lo que ha hecho el tema de la matrícula más álgido que en otros años. Sin embargo, el regreso a clases está lejos de ser un problema financiero (mencionado por el 2% de los entrevistados), hay miedo al contagio por Covid-19 o sus problemas de salud asociados (43% Padres, 25% de Profesores y 25% de Estudiantes), algunos prefieren que no haya contacto (20% Padres, 13% Profesores y 12% Estudiantes).
Falta una mayor comunicación entre el MinEducación que reglamenta el regreso al colegio y los padres de familia. Pues hay que generar la confianza para el regreso a clases seguro. Es claro que un esquema mixto es un nuevo modelo de negocio para los colegios, en donde al tener la educación remota una menor calidad percibida, por parte de estudiantes y profesores, principalmente – los padres están divididos, a la presencial se esperaba una disminución en el precio de esta.
La realidad es que, la mayoría de las instituciones dejaron la inversión en educación similar a este último trimestre (77% de las personas encuestadas lo mencionan así), sin embargo hay una fuerte sensación de que se debería bajar (64% padres, 48% profesores y educadores y 60% estudiantes). La lógica sugiere que brindar una mejor calidad de educación remota requiere una mayor inversión de recursos (compras de apps educativos, computadores y personas para apoyar a los estudiantes, especialmente prescolar y primaria) o entrenar y vincular más a los padres de familia en el proceso educativo de sus hijos para acompañar a sus hijos en un proceso educativo personalizado. Los padres de familia son un actor clave en este proceso, pero aún no se ha aprovechado al máximo su potencial.
Por lo anterior, se recomienda la creación de una estrategia de adaptación al nuevo paradigma de la educación, aumentando la retención y el rendimiento de los estudiantes, en donde se tenga en cuenta la situación que se está viviendo, este es el diseño de la consultoría que se propone ver (aquí) https://www.centronacionaldeconsultoria.com/educacion
Nota: Este es un análisis preliminar de la encuesta Regreso a Clases en Covid-19, que inició recolección el 13 de junio y se muestran resultados hasta el 16 de junio con 7.662 encuestas completas (1.173 estudiantes, 5.315 padres o cuidadores, 1.278 Profesores y 180 personas de las áreas administrativas de instituciones educativas). Encuesta no probabilística, por muestreo tipo bola de nieve, datos sin ajustes.
Nelson Lammoglia
Centro Nacional de Consultoría S.A.
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