Investigadores del Siscovid (Sistema de Inteligencia de Epidemiología del COVID-19), generaron un modelo matemático que analiza los efectos de la cuarentena estricta por localidades propuesta por la Alcaldía de Bogotá como estrategia para mitigar y controlar la propagación del COVID 19.
Desde el 13 de julio de 2020, en Bogotá se implementó el cierre escalonado por localidades para mitigar y controlar el número de contagios por COVID-19 y con ello disminuir la ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos (UCIS). Pero, ¿qué tan efectiva ha sido esta medida?.
Debido al rezago de los datos actuales sobre la cantidad de contagios y de muertes ha sido difícil responder sobre la efectividad de las cuarentenas. Sin embargo, Siscovid, el proyecto de investigación liderado por la Universidad de los Andes, la Universidad de Ibagué y el Centro Nacional de Consultoría, trabaja un modelo de simulación que permite evaluar los efectos e incidencias de este tipo de medidas en los índices de mortalidad por COVID-19.
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Los resultados preliminares evidencian que la cuarentena escalonada con unos días de solapamiento entre localidades son buena alternativa porque limitan y previenen el movimiento de las personas que usualmente transitan en estas zonas. "Si no se hubiese implementado esta medida, las muertes acumuladas habrían aumentado entre 10 y 15%", afirma Diana Higuera, epidemióloga del grupo EpiAndes de la Facultad de Medicina e investigadora del proyecto.
Aunque existen presiones continuas por volver a cuarentenas estrictas generalizadas y la necesidad por continuar con la reapertura económica, es clave resaltar que sus efectos en la reducción de número de muertes no se presenta únicamente en las localidades cerradas, sino que también se reflejan en toda la ciudad.
Esta medida, acompañada del rastreo de contactos, el distanciamiento social y el uso de tapabocas, puede ser efectiva y podría utilizarse en otras ciudades en las que la capacidad hospitalaria disminuya dramáticamente.
El modelo matemático
Los investigadores de Siscovid realizaron 4.200 encuestas en Barranquilla, Bogotá, Cali, Cartagena y Medellín. Con esta información y un modelo matemático encontraron que 70% de las personas reportaron aislamiento en casa durante la pandemia, entre finales de abril y principios de mayo. 44% lo hizo para adquirir elementos de primera necesidad.
Sobre las medidas preventivas hallaron que 97% utiliza tapabocas y 98% afirma que se lavan, con mayor frecuencia, las manos con agua y jabón; así mismo 64% tiene dificultades para responder con sus responsabilidades económicas.
Además, identificaron que 9 de cada 10 personas consideran que la COVID-19 es una enfermedad grave e incluso mortal. 6 de cada 10 creen que se pueden contagiar.
El propósito de estas encuestas es apoyar el desarrollo y validación de modelos de simulación, comprender las especificidades de las poblaciones más vulnerables y ayudar al control y la prevención de riesgos epidemiológicos asociados al Covid-19, en el país.
Los datos también revelaron que el teletrabajo no es una opción para todos, y que un posible resultado de esta pandemia sería un incremento en la desigualdad. Estos hallazgos esbozan las prácticas, actitudes y los efectos de la cuarentena en la situación socioeconómica de la población.
El riesgo percibido de infectarse varía por edad y por región. Los más jóvenes y los mayores de 55 años en la costa Caribe, por ejemplo, sienten menor riesgo. Esta creencia puede vincularse a que aumente el contagio, ya que las personas se relajan y toman menos precauciones. A estos efectos también se suman las consecuencias económicas de la pandemia: más del 13% de los encuestados reportó no tener suficientes ingresos para hacer mercado y 33 % cree que es muy probable que eso le suceda.
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Artículo tomado de uniandes.edu.co
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